Música en directo, buenas interpretaciones y un cambio de roles han sido los ingredientes perfectos para hacer de la obra "Sueño de una noche de verano" la pesadilla de las pesadillas
Hay veces que tienes sueños que, de lo bonitos y mágicos que son, no deseas que se acaben. Pues, a mí, eso me pasó ayer cuando acudí a ver la representación musical del clásico "Sueño de una noche de verano" en el Auditorio Municipal de Alboraya.
Os meto en situación: esta pieza teatral de William Shakespeare narra los devenires del amor desde tres perspectivas diferentes unidas por la magia: el mundo mágico, donde los conocidos como Oberón y Titania entran en conflicto por la custodia de un paje; el mundo humano, donde dos parejas se ven envueltas en una confusión de amores fruto del error de Puck, ayudante de Oberón; y el mundo de los actores, en el que una compañía teatral decide ensayar una comedia para representarla ante los duques de Atenas.
Dicho esto, esta adaptación musical de la versión para ópera de Benjamin Britten y Peter Pears, parecía que no iba a aportar nada nuevo y que, únicamente, se limitaría a seguir el guion establecido y a realizar una bonita muestra.
Gran y fantástico error por mi parte. Este "sueño", interpretado por la agrupación de artes escénicas de Alboraya y dirigida por Fernando Soler, en dramaturgia, y Héctor Juan, musicalmente, te crea la sensación de volver a revivir la trama como si fuera la primera vez (y lo digo yo que incluso la interpreté hace tres años).
Y es que, en esta adaptación, el escenario del bosque, en el que transcurre toda la obra y en el que al amor hace de las suyas, pasa a convertirse en un cabaret de los años 20 donde los actores y actrices acompañan sus escenas con canciones en vivo. Esta decisión, a parte de demostrar una gran capacidad teatral, permite volver a entender el contexto de la obra de forma más dinámica y amena, si tenemos en cuenta que los textos no han variado del guion original y, por tanto, siguen estando en lenguaje antiguo. En el siguiente video podemos apreciar dicha mezcla entre actuación teatral y musical.
Luego, por si el cambio de contexto fuera poco, se realizó también un cambio de roles de género dentro del mundo de los humanos que, en vez de confundir al espectador, mostró otra perspectiva de la historia que resultó muy acertada. De esta manera, los chicos interpretaron el diálogo originalmente femenino, mientras que las chicas el masculino, lo cual, según palabras de Javi Bono, intérprete de la obra, fue "un giro por los tiempos que corren" para hacer ver que no solo las mujeres son las románticas y los hombres los fuertes.
En cuanto a aspectos más técnicos, el vestuario me fascinó pues iba acorde con la época referida, en tanto que el juego de luces aportaba esa atmósfera mágica. Luego, la escenografía no varió mucho durante la representación, pero el maquillaje de los actores y actrices, de parte del departamento de imagen personal del Instituto de Educación Secundaria La Patacona, estuvo muy logrado sobretodo en los personajes mágicos.
Dicho esto, el tipo de música escogida para la obra de los músicos Cole Porter y de George Gershwin, de estilo jazz y clásico, me pareció estupenda y estuvo muy bien representada en directo por todos los músicos de la orquesta. Además, las voces de los y las intérpretes, para no tratarse de profesionales, estuvo correcta y entonada. No obstante, si te sientas entre las primeras filas de la izquierda corres el riesgo de escuchar la música por encima del canto (yo estuve en la segunda y, al principio de la función, me ocurrió eso).
Después, las coreografías sencillas, que no por ello peores, estuvieron en consonancia con los años 20 y las letras escritas para las canciones se adecuaron a la trama de manera que, incluso, había alguna que otra pegadiza (yo, por ejemplo, salí de la obra cantando la ultima canción que podéis escuchar en el siguiente vídeo).
No obstante, si tuviera que citar expresamente una pega, esta sería que noté que el grupo actoral contaba con diversos niveles de interpretación, aunque no por ello la función dejó de poseer la magia y el humor que la caracteriza. Cabe destacar que dicho enfoque humorístico lo supieron respetar y representar muy bien, ya que el público reía con la mayoría de las escenas.
Así pues, esta adaptación musical de «Sueño de una noche de verano» es completamente recomendable, debido a que nos hace entender que el amor es ese hechizo que nos ciega y enloquece sin olvidar que cada uno es "libre de sentirse como quiera y con quien quiera". De esta manera, le doy una puntuación de 4/5 estrellas.
La podéis ir a ver los días 26 y 27 de octubre en el Auditorio de Alboraya a las 19 h.
Para finalizar, los actores de la obra, Rafa Pascual y Javi Bono, responden a nuestras preguntas y os invitan sin dudar a asistir y, sobretodo, a disfrutar de ese "cine en 3D" que es el teatro.
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